Aguamarga
Llegaste a mis oídos con tu brisa morena.
Entre dunas y montañas, bailé a la sombra de una palmera:
canción de bar de plaza.
Eres lenguaje nuevo. Inventado.
Soy traductor inexperto. Por supuesto.
De tu sol me has quemado la mirada en un desierto.
Ya este agua no es amarga.
Sabe a sal y arena. A compañía enamorada.
A horizontes duros y celestes cielos.
A nostalgias y ausencias.
A familias bien peinadas.
A cabellos enredados en tu viento.
Ahí estabas.
Fui sin saber quién eras.
Me diste lo que buscaba
sin preguntas ni respuestas.